10 abril 2013

Testosterona: la culpable

La diferencia más obvia entre hombres y mujeres son los órganos reproductores y resto de caracteres sexuales. Sin embargo, es necesaria poca pericia para darnos cuenta de que más allá de bromas y roles sociales, hombres y mujeres pensamos, sentimos y funcionamos diferente. Y son las hormonas testosterona, estrógenos y progesterona las principales responsables de esas diferencias que afectan a prácticamente todos los aspectos de nuestra fisiología.


Para ser hombre o mujer, no basta con tener los genes XY o XX respectivamente, sino que depende de lo que sucede en nuestra vida fetal, alrededor de la semana 6 de edad. Si en ese momento se activa el gen Sry, que se expresa exclusivamente en el cromosoma Y, entonces la gónada indefinida hasta ese momento se desarrollará en testículos. Estos, a su vez producirán testosterona, que se encarga de “masculinizar” todo el cuerpo. Si este proceso no tiene lugar, se desarrollará el aparato reproductor femenino y el resultado será una niña (puedes saber más en este enlace).


La activación del gen Sry del cromosoma Y produce testosterona que determina el desarrollo masculino del embrión
Figura 1.- Proceso que tiene lugar en el feto de 6 semanas y que
determina si el desarrollo fenotípico será de un niño o una niña.

La testosterona es el principal miembro de la familia de los andrógenos, hormonas mayoritariamente masculinas. Es el más potente, aunque también se sintetizan otros andrógenos en humanos como  dihidrotestosterona (DHT), dehidroepiandrosterona (DHEA) y androstenediona. La testosterona determina los caracteres sexuales masculinos y juega un papel fundamental en la reproducción. Pero también está implicada en muchos otros procesos celulares y fisiológicos, entre los que se incluyen la regulación del metabolismo proteico (favorece el crecimiento de los músculos esqueléticos y el crecimiento óseo) y el metabolismo hídrico y electrolítico.


En los mamíferos macho, el 95% de la testosterona se produce en los testículos, en las células de Leydig situadas entre los túbulos seminíferos. Esta secreción supone, en humanos, entre 3 y 10 mg de testosterona diaria. Adicionalmente, una pequeña cantidad de la hormona también se produce en las glándulas adrenales (situadas sobre los riñones).


La testosterona se produce principalmente en las células d Leydig de los testículos
Figura 2.- Secreción de testosterona en las células de Leydig 
de los testículos. [Imagen de microscopía de la izquierda: Spike Walker 
en Wellcome Images; derecha: University of Oklahoma]



Los andrógenos no son exclusivos del sexo masculino, sino que las mujeres también los producen. Aproximadamente un tercio de la testosterona en la mujer se sintetiza en el ovario. El resto se produce a partir del precursor androstenediona en los tejidos periféricos, entre ellos, la piel y el tejido adiposo. Esta androstenediona procede de los ovarios y de las glándulas adrenales. Los valores matutinos de testosterona considerados normales total se sitúan en 300 - 1200 ng/dl en hombres y 30 – 95 ng/dl en mujeres.

Tejidos productores de testosterona en hombres y mujeres
Figura 3.- Tejidos productores de testosterona en hombres y mujeres.

La secreción de testosterona está bajo el control de la hormona luteinizante (LH) de la pituitaria. Esta LH se une a receptores acoplados a proteínas G (GPCR) específicos en las células de Leydig y dispara la secreción de testosterona. A su vez, la secreción de LH viene regulada por la GnRH del hipotálamo.

Regulación de la producción de testosterona por la hormona luteinizante de la pituitaria - hipófisis y la gnrh del hipotélamo
Figura 4.- Regulación de la secreción de testosterona por la
LH de la pituitaria (hipófisis) y la GnRH del hipotálamo


La secreción de testosterona sigue un ritmo pulsátil, diurno y circadiano. La máxima concentración de la hormona en sangre se da en las horas durante el sueño y disminuye unas horas tras despertarse.



Concentración de testosterona en sangre en adolescentes durante el día
Figura 5.- Medida de los niveles de testosterona en sangre en
3 chicos durante la pubertad (12-15 años). Tomado de The Journal
of Clinical Investigation Volume 54 September 1974-609-618.


La producción de testosterona es menor con la edad. De hecho, la concentración de esta hormona en sangre disminuye a razón de 1-2% por año. Además, se pierde el ritmo circadiano de la secreción de testosterona. Este declive en la producción de la hormona podría contribuir al deterioro fisiológico que se da en los hombres durante el envejecimiento, aunque su significado clínico aún no está claramente definido. Por esta razón, está siendo un importante tema de investigación en los últimos años.




Referencias
- “Anatomía y Fisiología”. Thibodeau y Patton. Elsevier Mosby. 6ª edición. 2008.
- "Williams Textbook of Endocrinology". Kronenberg. Saunders Elsevier. 2008.
- “Simultaneous augmented secretion of luteinizing hormone and testosterone during sleep”. R.M. Boyar, R.S. Rsenfeld, S. Kapen, J.W. Finkelstein, H.P. Roffwarg, E.D. Weitzman, L. Hellman. 1974 The Journal of Clinical Investigation Volume 54 September 1974-609-618.
- “The Decline of Androgen Levels in Elderly Men and Its Clinical and Therapeutic Implications”. J.M. Kaufman, A. Vermeulen. 2005 Endocrine Reviews, 26(6):833–876
- “Hormone Replacement Therapy and Physical Function in Healthy Older Men. Time to Talk Hormones?” M.G. Giannoulis, F.C. Martin, K.S. Nair, A.M. Umpleby, P. Sonksen. 2012 Endocrine Reviews, 33(3):314–377

Imágenes
- Figura 2.- Imagen de microscopía - izquierda: Spike Walker en Wellcome Images
     Imagen de microscopía - derecha: University of Oklahoma
- Figura 3.- Tejido adiposo: Department of Histology, Jagiellonian University Medical College (enlace).
- Figura 5.- The Journal of Clinical Investigation Volume 54 September 1974-609-618.